Tlatelolco; movimiento social, tumba universitaria.

Crónicas de un comunicólogo: Fuerza universitaria.

Me senté en la silla afuera en el porche de la casa, la noche había sido turbulenta después de haber leído más a fondo acerca del 2 de octubre del 68, el viento corría y me puse a reflexionar acerca de lo que significaba ser universitario; llegué a la conclusión que significaba todo, significaba salir de la burbuja en la que habías vivido siempre y entrar al frío mundo de la verdad, de la verdad mundial, local, política, social, incluso la verdad individual.

Eran al rededor de las 2 de la tarde de un día de octubre, las temperaturas habían ascendido significativamente en la región y las gotas de sudor que corrían por mi rostro se juntaban con las pequeñas lágrimas de nostalgia que emanaban mis ojos.

Fue en el 68, yo aún no nacía en ese entonces, ni siquiera mi madre había nacido en ese entonces, y nadie cercano había estudiado la universidad en ese año; realmente ahora que lo pienso yo pertenezco a la primera generación en la familia en ir a la universidad, y en tener el sentimiento universitario.

Fue en el 68 que un grupo de jóvenes, como yo, como mis compañeros de salón, como mis compañeros de edificio; un grupo de jóvenes como los que se reúnen en la cooperativa a comer burritos en la mañana, fue un grupo así el que fue a tomar protesta por algo lo cual no estaban de acuerdo y se les condenó, se les reprimió.

Todo comenzó con la entrada a la presidencia de Díaz Órdaz, en todo el país había manifestaciones contra él y su forma represora de gobernar, y una de las forma de parar las manifestaciones fue con un acto de genocidio en contra del pueblo, en contra de los estudiantes.

Ya había habido varias señales antes, militares entrando a la fuerza en las escuelas, deteniendo a los lideres del movimiento, manteniendo presos políticos. Silenciado a todo aquel que quisiera alzar la voz.

Las olimpiadas se llevarían a cabo en ese año y como cede estaba México, Díaz no dejaría que un montón de "reboltosos" arruinaran su tan memorable momento.

Pero eso no termino acá, hay muchas personas que aseguran que la cuartada del presidente en aquel entonces era; mandar a miembros de su escolta personal a matar a quien fuera, protestantes y soldados y después "calmar" al pueblo diciendo que fue en acto terrorista.

Me llena de rabia, impotencia saber que esto es solo un reflejo de lo que paso con los 43 normalistas de Yotzinapa, a veces uno no se da cuenta, y se traga todas las noticias así, sin indagar nada a fondo, porque "son los que nos protegen, ¿como nos harían daño?" pues yo les diré como, así como en aquel entonces callaron la voz de miles de jóvenes, ahora quieren callar la nuestra, ahora quieren que tengamos miedo, eso es represión, a eso se le llama abuso de poder.

Y aun sentada en la mesa del porche con las lágrimas en los ojos les digo que, abran los ojos y no dejen que los callen, hablen, griten y luchen por sus ideales.